Continuando con nuestra serie, hoy hablaremos sobre el uso de los taninos en la agricultura.
La búsqueda de tecnologías más apropiadas a favor de la agricultura sostenible ha impulsado la demanda de productos naturales. En este escenario, las discusiones sobre conceptos y avances tecnológicos en bioestimulantes e inductores de resistencia juegan un papel importante en la legalización y uso de productos con estos efectos.
Pero, ¿para qué sirven los bioestimulantes y cuál es su relación con los taninos?
Se han aplicado bioestimulantes e inductores de resistencia para modular la eficiencia de diferentes procesos fisiológicos en la planta, inducir respuestas de defensa contra enfermedades, mejorar la productividad, el vigor y/o la calidad de numerosos cultivos comercialmente relevantes. Uno de los factores determinantes que justifica la opción por el bioestimulante es la seguridad para el cultivo. El producto consigue mantener las plantas libres de plagas, incluso sin pesticidas. Las sustancias naturales en su composición, permiten una protección a la cosecha, sin exponer la planta a productos nocivos para su desarrollo. Entre estas sustancias naturales, los taninos se pueden utilizar como aditivo.
